domingo, 7 de julio de 2013

El señor X se encuentra con dos nazis

Aquí una historia del señor X, alguien que nadie conoce, del que tampoco nadie ha oído hablar. Como ni tan siquiera se cuestiona, tampoco nadie duda de su existencia.

Un chico está sentado en un rincón de la calle, algo escondido. Está a punto de meterse un pico y acabar con el mono. Dos jóvenes rapados con una bufanda del Madrid en el cuello lo ven y se acercan. Lo primero que hacen es quitarle la jeringuilla.
El drogadicto les pide por favor que se la devuelvan, pero los chicos se ríen y le empujan. El drogadicto se pone nervioso y se encara con ellos. Los rapados le sacan una navaja y le obligan a arrodillarse mientras se siguen riendo de él.
El drogadicto llora y les pide por favor que se la devuelvan. Los rapados le dicen que se ponga a cuatro patas y ladre, porque es un perro. El drogadicto, entre lágrimas, obedece.
Al cabo de unos minutos, y tras una serie de humillaciones, los jóvenes rapados que llevan una bufanda del Madrid le devuelven la jeringuilla, le insultan y se van hacia un bar para ver un partido de fútbol.
El drogadicto recoge la jeringuilla, se mete el pico y se queda hecho polvo, en el suelo.
Los jóvenes rapados están en el bar viendo el partido de fútbol cuando entra nuestro señor X. El señor X pide una cerveza y mira a la gente que hay en el bar. Unas 20 personas, de las cuales 20 son hombres, están atentos a la pantalla, viendo cómo juega el Madrid contra el Bilbao. El resultado es de empate a cero.
El señor X se toma la cerveza en la barra y, mientras todos están absortos con el partido, el señor X se sube a la barra y coge la tele con ambas manos, amenazando con tirarla al suelo.
Todos los del bar miran al señor X con cara de incomprensión y de miedo. 20 hombres en el bar le piden por favor que no lance la TV al suelo. El señor X les pide que se arrodillen y todos obedecen. El señor X les pide que ladren y todos obedecen, sin dejar de mirar el partido.
Al cabo de unos minutos de humillaciones, el señor X hace una nueva amenaza de lanzar la TV. Todos se asustan y le piden por favor que no tire la tele al suelo. El señor X les hace caso y lanza la TV contra la cabeza de dos jóvenes rapados que llevan la bufanda del Madrid. Algo viscoso, parecido a un cerebro, se derrama por el suelo, mientras la gente del bar llora desconsolada. Esto lo aprovecha el señor X para largarse corriendo del bar, antes de que la gente reaccione.
Es evidente que al señor X, que a los 20 años no sabía qué pensar y a los 40 años no quiere pensar más, no le gusta la tele, o no es del Madrid.